Se trata de un par de zapatos de apariencia normal, en el cual se inserta un aparato de pequeñas dimensiones en cada uno de ellos, donde se alojan sensores de distancia, otros capaces de detectar el movimiento del pie, una unidad de vibración, otra de procesamiento y una luz de led de alta intensidad que puede cumplir dos funciones, por un lado, indica la necesidad de la carga de la batería; por otro, puede servir para iluminar el camino en lugares oscuros. Además, no lo perjudica ni el agua ni el polvo, ya que está construido de manera de preservar los circuitos de los mismos, por lo tanto se puede salir con ellos aunque llueva.
Con una autonomía de hasta una semana, según el uso, y con carga plena en aproximadamente tres horas vía el cable micro usb estándar que se provee, es posible regular la distancia de detección hasta los cuatro metros, por lo cual es utilizable tanto en exteriores como en interiores. El sistema alerta sobre la existencia de obstáculos, como, por ejemplo, postes, columnas, escaleras, personas y hasta desniveles en el pavimento o la vereda. Puede hacerlo de tres maneras: por vibración en el mismo zapato; por señal sonora, sea mediante conexión con un teléfono inteligente (se descarga una app) o por auriculares, ambos conectados inalámbricamente, o por señal luminosa, de acuerdo a las preferencias y/o el grado de visión remanente del usuario.
Sus constructores afirman que es posible utilizar el sistema como un escáner para obtener información del entorno, simplemente caminando y que el poco peso que tiene hace que quien lo lleve puesto prácticamente no se sienta llevarlo. El aparato se monta y se desmonta fácilmente en el zapato.El único problema respecto de su accesibilidad es el precio, ya que se vende a 3.200 euros.