La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez. El adolescente vive muchos cambios físicos y mentales. Y necesita de la ayuda de las personas que conforman su ambiente social para afrontar esos cambios de forma adecuada.
En la familia
Mi hijo permanece mucho tiempo jugando a la computadora. Dicha conducta fue aumentando a lo largo del tiempo. Cuando es la hora de comer, hay que llamarlo varias veces. Come rápido y regresa a la computadora. Cuando es la hora de dormir, mi hijo no quiere dejar de usarla. Apagarle la computadora implica que grite, insulte o tire objetos. Cuando finalmente se va a dormir, lo hace con un celular en su mano. A la mañana siguiente no se quiere levantar. Hay que insistirle mucho para que lo haga.
Mi hijo relegó todo por la computadora: no sale con amigos, no hace las tareas, no conversa con nosotros, se expresa de mala forma, no se higieniza (para tener un minuto más de computadora). Lo observamos cada vez más aislado y más inmerso en ese mundo virtual. Los fines de semana permanece toda la madrugada frente a la computadora.
En los griteríos que surgen en casa, muchas veces se justifica diciendo que no puede abandonar a otros chicos que están conectado en red con él, porque los perjudicaría en el juego. Otras veces dice que tiene que conectarse todos los días, porque de esa forma obtiene puntos, que luego le sirven para canjearlos por armas (virtuales).
La tolerancia
La dopamina es un neurotransmisor que tiene influencia en el movimiento, las emociones, la motivación y la sensación de placer. Por lo tanto, al activarse genera la sensación de recompensa en los comportamientos que se realizaron.
Es posible que el consumo constante de los juegos de computadora sobrestimule este sistema, generando mucha liberación de dopamina. Esta activación del sistema de recompensa reforzaría la conducta de usar la computadora.
Si se continúa jugando con la computadora, el cerebro se adaptaría a dicha actividad. Por lo tanto, generaría menos cantidad de dopamina o disminuiría la cantidad de receptores capaces de recibir la señal, entonces, ya no sería placentero jugar a ese juego en la computadora (tolerancia). Dicho de otra manera, el cuerpo de adapta al consumo, por lo tanto requiere de cantidades mayores para obtener el mismo efecto.
El adolescente comienza a viajar en el mundo virtual comprando extensiones de los juegos, buscando juegos nuevos, compitiendo por dinero… busca incansablemente la forma de volver a recibir esa dosis de placer. En consecuencia, cada vez está más horas en la computadora. Finalmente, consigue un nuevo juego.
Asimismo, la industria de los juegos de computadora, se encarga de mantener la conducta de consumo, ya que estos juegos otorgan más puntos a los participantes que están más tiempo usándolo. Esos puntos se pueden cambiar por armas virtuales. De este modo, se refuerza el uso de la computadora.
Además, el adolescente no puede abandonar el juego hasta que termine, porque abandonaría a sus compañeros y perderían (el juego es on line). Sin embargo, es indefinido el final del juego. El consumidor siempre necesita cinco minutos más.
Abstinencia
Si el sujeto fue perdiendo su capacidad de sentir placer por otras actividades, y fue aumentando su necesidad de estar con la computadora. La interrupción del juego podría generarle malestar como irritabilidad, ansiedad, perturbación del sueño, es decir, malestar físico y mental provocado por la abstinencia.
Por lo tanto, podría señalarse la existencia de una dependencia del consumo.
Mi hijo se irrita mucho cuando la computadora se le cuelga. Pasa lo mismo cuando se la apagamos porque estuvo muchas horas jugando. Reacciona gritando, insultando, tirando objetos. Asimismo tarda mucho en dormirse (permanece en su cama con el celular).
Es muy difícil ayudarlo a que disminuya el uso de la computadora, ya que afirma que nosotros se lo hacemos a propósito para que pierda.
Si esta dependencia física es acompañada por una incapacidad de controlar el consumo, y este afecta las responsabilidades, las relaciones con familiares y las amistades, podría hablarse de una adicción a los juegos de computadora.
El adolescente ya no participa de las reuniones familiares, la forma de dirigirse hacia sus padres es inadecuada, relega salidas con compañeros por quedarse usando la computadora. No realiza las tareas escolares y comienza a tener resultados negativos en la escuela.
La adolescencia
La adolescencia es una etapa donde se están desarrollando áreas cerebrales que tienen influencia en los proceso de la capacidad para tomar decisiones y para inhibir conductas impulsivas. Por lo tanto, el individuo que transita esta etapa podría presentar mayor dificultad para autorregular su comportamiento. Es probable que dicho individuo tienda a guiarse más por las emociones que por su capacidad cognitiva para autorregularse.
¿Qué efectos produce en las funciones ejecutivas de adolescentes, el uso excesivo de computadora? ¿Qué efectos produce en su capacidad para sostener la atención, en su capacidad para inhibir impulsos, en su capacidad para planificar, en su capacidad para automonitorear su conducta y en su flexibilidad cognitiva? Y, por otro lado, ¿tiene el adolescente el desarrollo cognitivo adecuado para decidir sobre el uso de la computadora? ¿Tiene la capacidad para armar una planificación que le permita primero hacer las tareas, luego salir con amigos y, finalmente, usar la computadora? ¿Tiene la capacidad para poder regular su conducta y detener el uso de la computadora para irse a dormir?
¿El adolescente, tiene la maduración suficiente para autorregular sus conductas e inhibir sus impulsos? Y si no la tuviera, ¿qué efectos tendría dejarle libertad de expresión a sus impulsos? ¿Cuál sería el rol de los padres frente a esta situación?
En conclusión
En la etapa adolescente, el individuo está desarrollando capacidades que implican la regulación de los impulsos y la toma de decisiones. En esta etapa, el contexto del adolescente, constituido principalmente por sus padres y el colegio, deberían ayudarlo a entrenar las funciones implicadas en la autorregulación conductual, la flexibilización cognitiva, la motivación para la interacción social, la empatía, la capacidad para tomar decisiones.
Del mismo modo en que no sería correcto dejar en la parte profunda de una pileta a un niño que no está en óptimas condiciones para nadar, no sería correcto dejar frente a una computadora a un joven que no está en óptimas condiciones para tomar decisiones ni autorregular su propio comportamiento.
Tuvimos muchas dificultades para que mi hijo disminuya el uso de la computadora, pasamos muchos enojos y llantos, pero finalmente aceptó usarla tres veces por semana en un tiempo de 4 horas cada día. Desde que disminuyó el uso de la computadora, descubrimos otro chico: habla, opina sobre conversaciones, participa de juegos de mesa, sonríe, sale con amigos, empezó a hacer fútbol.
Ramiro M. Borghiani*
* Ramiro M. Borghiani es psicólogo. E-mail: rmborghiani@gmail.com
Bibliografía de referencia:
– American Psychiatric Association -APA-, 2002. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR. Barcelona: Masson.
– Chambers, R.A., Taylor, J.R., & Potenza, M.N. (2003). Developmental neurocircuitry of motivation in adolescence: a critical period of addiction vulnerability. American Journal of Psychiatry, 160 (6), 1041-1052.
– Damasio, A. (2006) El error de Descartes: la emoción, la razón y el cerebro humano. Editorial Crítica.
– Lezak, MD (1982). The problem of assessing executive functions, International Journal of Psychology, 17.
– Del Moral, M. y Fernandez P.L. (1999) Drogodependencias. Madrid: Editorial Medica Panamericana.