Se lo internó en el NYU Langone Health, que, como las siglas indican, está ubicado en la ciudad de Nueva York. Se trata de un reconocido centro médico, una de cuyas especialidades es la reconstrucción facial.
El 27 de mayo pasado, un equipo de 140 cirujanos intervinieron en la reconstrucción de su rostro, en una operación que duró nada menos que 21 horas. En ese sentido, James es la decimonovena persona en ese país en recibir lo que se denomina transplante de cara.
La novedad de este procedimiento reside en que se trata de la primera vez en el planeta que se realiza un transplante íntegro de ojo. Los parciales relacionados con las córneas son usuales desde hace años, pero nunca se había trasladado un globo ocular completo desde un donante hasta un receptor.
Explican que su ojo derecho salió ileso del accidente y que se trató de un paciente ideal, ya que la reconstrucción facial necesitó de toda una serie de procedimientos, incluido el suministro de inmunosupresores, que hicieron relativamente más fácil la intervención.
Pese a que el ojo transplantado mostró buenos signos de adaptación, lo que incluye la irrigación sanguínea de la retina, la parte encargada de la recepción de la luz y el envío de las imágenes al cerebro, los profesionales no saben si el paciente recobrará la visión de ese lado, aunque no descartan que ello sea posible.
Ya en su hogar, el propio sujeto, su esposa y quienes constataron los daños se asombraron de la reconstrucción realizada y, aun si el ojo no recobra su funcionalidad plena, indican que el resultado estético es maravilloso. Pero tampoco pierden la esperanza.