Apertura
La etiqueta “Síndrome de Asperger” fue utilizado por primera vez en 1981 por Lorna Wing (1928-2014), psiquiatra británica, quien, por el hecho de tener una hija diagnosticada con Autismo, se interesó profundamente en esta condición, no solamente aportando investigaciones desde su especialidad, sino que, además, fundó junto a otros padres la National Autistic Society, en la cual colaboró activamente.
Pese a que catálogos como el DSM lo incluyeron como formando parte de los Trastornos Generalizados del Desarrollo y su última versión lo clasifica dentro de los denominados Trastornos del Espectro Autista, muchas asociaciones dedicadas y algunos especialistas sostienen que, si bien posee algunas características similares al Autismo, se trataría, en realidad, de una entidad diferente, como constaba en la versión anterior de dicho manual, más allá de que se discute en la actualidad si se trata de una patología o simplemente es una más de las tantas variaciones comunes que presentamos los seres humanos.
Se estima su prevalencia en el orden del 0,26 por mil de nacidos vivos, en promedio, aunque distintos trabajos de investigación brindan cifras tan distantes como 0,03 y casi 5 por millar.
Más frecuente entre varones que entre mujeres, algunas de sus características principales se asemejan a las de los TEA, ya que suelen presentar problemas respecto de las habilidades comunicativas, los cambios repentinos, baja tolerancia a la frustración, poca flexibilidad mental y comportamental, dificultades sensoriales, bajos niveles de empatía, reacción exagerada o disminuida ante los estímulos, intereses limitados y otras similitudes. Pero también poseen rasgos que no concuerdan con los de otros trastornos del espectro, como la capacidad de razonamiento lógico, la excelente memoria (en muchos de ellos), la focalización en determinado campo y la persistencia en él, patrones de habla extraños, interpretación literal de los mensajes y otros.
Wing tomó un trabajo de Hans Asperger de 1944 en el cual describía con marcada exactitud una serie de características que ella misma y otros investigadores habían encontrado en varios casos, por lo que acuñó el término para diferenciar a esos cuyas características similares no terminaban de encajar en lo que se definía como Autismo.
Durante mucho tiempo tenido como un científico de trayectoria inmaculada, sin embargo, en la última década comenzaron a cuestionarse aspectos oscuros de su pasado.
Breve biografía
Hans Asperger nació en Hausbrunn, Austria, el 18 de febrero de 1906 y falleció en Viena el 21 de octubre de 1980.
Hijo de granjeros, sin embargo él y su hermano Karl se criaron en la capital del país.
Según consta en las escuetas reseñas biográficas que se hacen respecto de él, parece haber sido un niño con dificultades para interactuar con sus pares, solitario y callado, incluso se llegó a arriesgar la hipótesis de que presentaba rasgos autistas.
En la escuela primaria le prestó mucha atención a la palabra y memorizaba poemas enteros del que era considerado por entonces el poeta nacional de Austria, Franz Gillpanzer.
Ya en la adolescencia se une a un movimiento juvenil denominado Bund Neuland, después de la Primera Guerra Mundial. La agrupación se definía como católica, cristiana, pan germánica y opuesta a cualquier entidad que tuviera algo que ver con la izquierda, el liberalismo o que simplemente se pronunciara a favor de la modernidad, lo que incluía cierto repudio a la democracia parlamentaria.
Después de un breve paso por estudios humanísticos, el joven Hans emprende la carrera de Medicina, donde es cobijado como discípulo por Franz Hamburguer en la Universidad de Viena. Termina por doctorarse en Pediatría en 1931, e inmediatamente hace la residencia en el Hospital de Niños de la Universidad. Apenas un año después, asume el puesto de director del Departamento de Pedagogía Especial, cargo que ocupó durante veinte años.
La Pedagogía Especial trataba sobre una teoría y práctica educativa para aquellas personas que tuvieran problemas mentales y/o de socialización desde una perspectiva que incluía los aspectos físicos, psicológicos y sociales que afectaban la capacidad de vinculación de los seres humanos, orientación que, según su hija María, nunca abandonó.
Asperger se casó en 1935 y tuvo cinco hijos, tres mujeres (dos de ellas se recibieron de médicas) y dos varones.
En marzo de 1938 se produce el Anschluss, es decir, la anexión de Austria a Alemania. A partir de entonces, la ideología Nacional Socialista impone la eugenesia como una política de Estado y, por lo tanto, abarca todas las áreas, especialmente la de la Medicina.
“Psicopatía autística en la infancia” fue un artículo que publicara en 1944, donde precisamente brinda una descripción de cuatro niños cuyas características concuerdan con lo que se define como Síndrome de Asperger. Ese artículo es el que toma Lorna Wing para acuñar el término.
Terminada la guerra, Hans tuvo un breve interinato como director del Hospital Universitario en Viena (1946) y en 1948 fundó la Asociación Austríaca de Pedagogía Especial. Cuatro años más tarde publica un libro cuyo extenso título es “Pedagogía Especial. Introducción a la psicopatología de la infancia para doctores, maestros, psicólogos, jueces y trabajadores sociales”.
Hacia 1957, Asperger fue nombrado profesor de Pediatría en el Hospital de Niños de Innsbruck y en 1962 ocurrió lo propio con el Hospital de Niños de la Universidad de Viena. Dos años después fue elegido presidente de la Sociedad Internacional de Pedagogía Especial.
Hasta unas pocas semanas antes de su deceso, continuó su tarea docente.
¿Asperger nazi?
La mayor parte de los escritos de Asperger permanecieron poco menos que ignorados durante varias décadas, hasta que Lorna Wing lo rescató del olvido. Recién en 1991 se tradujo al inglés y se publicó el artículo que ameritara que este síndrome llevara su nombre.
Como puede apreciarse, la carrera de este médico e investigador no parece haber sido muy brillante, sino que su único aporte perdurable es el artículo de referencia y no mucho más. Sin embargo, muchas de las escuetas biografías que suelen adosarse a la descripción del síndrome lo califican como “pediatra, investigador, psiquiatra y profesor de medicina austríaco. Es conocido por sus tempranos estudios sobre desórdenes mentales, especialmente en niños” (Wikipedia), presentándolo como un sabio benefactor de los niños, haciendo alguna referencia marginal a un hecho que requiere atención: Hans Asperger vivió en plena época nazi, no solamente por la anexión germana de su vecina Austria en 1938, sino incluso antes, por la influencia que el nacionalsocialismo ejerció desde que empezó a ganar terreno e influencia en el escenario político europeo, lo que ocurrió a comienzos de la década de 1920 y que llegó a su punto culminante cuando Hitler y su partido gobernaran Alemania desde 1933 hasta 1945.
Si bien existen varias fuentes que acusan a Asperger de haber coincidido con la ideología nazi, hay dos que son las principales. Una es un artículo del investigador austríaco Herwig Czech de la Universidad de Viena, quien publicara “Hans Asperger, National Socialism, and ‘race hygiene’ in Nazi-era Vienna” (“Hans Asperger, Nacionalsocialismo y la ‘higiene étnica’ en la Viena de la época nazi”) y el libro de la historiadora norteamericana Edith Sheffer “Asperger’s Children. The Origins of Autism in Nazi Vienna” (“Los niños de Asperger. Los orígenes del Autismo en la Viena nazi”), ambos de 2018.
Lo primero que hay que señalar es que no existen constancias de que Asperger se hubiera afiliado al partido. También quienes lo defienden explican que en esos momentos era muy difícil (si no imposible) sustraerse del sistema de monitoreo implantado por el nazismo, pletórico de delatores a sueldo y voluntarios, por lo que o se seguían las reglas y la ideología impuesta, o había que atenerse a las consecuencias, lo que podía implicar la pérdida de la libertad y hasta de la vida.
Por otro lado, algunos de los que enaltecen su figura aseguran que muchos de sus informes y artículos buscaban demostrar la utilidad social de las personas con problemas mentales, para evitar que fueran derivados a lugares de exterminio. Pero según Czech y Sheffer, la falta de afiliación no implica carencia de empatía con esa ideología.
Un primer dato de importancia es que el que fuera su profesor en la Universidad, mentor en su carrera hospitalaria y quien lo catapultara a una jefatura siendo todavía un residente recién recibido, el Dr. Hamburguer, fue un conocido simpatizante y afiliado de la rama austríaca del nazismo.
El propio Asperger, en una entrevista de 1974, agradece la intervención de su jefe para, según sus palabras, rescatarlo de la Gestapo, la policía secreta del régimen, que lo habría detenido en dos ocasiones por sospechoso de no comulgar con el partido. En realidad, no existen constancias de que existieran tales detenciones. Sí, por el contrario, de que Hamburguer, requerido por la temible organización, lo había avalado, así como que en distintos informes pedidos por esa y otras dependencias nazis se decía que no existían objeciones acerca de la pureza ideológica del pediatra.
También su pertenencia a agrupaciones como Bund Neuland y otras implicó que sus creencias políticas no distaban demasiado de las del partido hitleriano. De hecho, el “pangermanismo” al que adscribía ese grupo abogaba por la anexión de Austria a Alemania y en la década de 1920 había sido infiltrada por agentes y simpatizantes nazi.
Si bien, como ya se expresó, Asperger nunca se afilió al partido, según está documentado, sí perteneció a varias organizaciones con impronta nacionalsocialista, como la Asociación de Médicos Alemanes de Austria (que no admitía personas judías), la Asociación Escuela Germana para la Frontera del Sur y otras. Hasta se ofreció voluntariamente para asesorar a las Juventudes Hitlerianas, ello dicho por él mismo.
Es sabido que durante el régimen de Hitler en Alemania y los territorios que esta ocupó se exterminó a aproximadamente a más de 300.000 personas con discapacidades de distinta clase (el denominado Programa Aktion T4) y se esterilizó a muchas otras, sobre todo a los “dementes e idiotas”, para que no pudieran contaminar la pureza de la raza.
Asperger afirmó en público que: “la proliferación de muchos de estos tipos de personas es indeseable para el Pueblo. La tarea a emprender es excluirlos de la reproducción”.
Una institución particularmente siniestra donde esto se llevó a cabo fue la clínica pediátrica Am Spielgrund, en donde se verificó que se dispuso de la vida de 789 niños con discapacidad. Existen evidencias de que varios de ellos (42 documentados) con discapacidades severas fueron derivados allí por Hans Asperger y que, como lo que allí sucedía era público y notorio, él sabía cuál sería el destino de sus pacientes. Generalmente, las enfermeras del lugar mezclaban barbitúricos con las comidas o los inyectaban a sus víctimas para dejarlas morir, usualmente, de neumonía. También hay constancia de que envió a varios con Autismo, pero para que fueran estimulados y tratados con métodos similares a los que se aplican hoy en día, ya que podrían servir como buenos trabajadores y soldados. Es decir, eran aprovechables y no descartables, como los otros.
Herta Schreiber fue una de estas últimas. Con solamente 3 años de edad, la niña padecía de encefalitis. Asperger ordenó su traslado allí ya que “debe ser una carga insoportable para la madre”. Herta falleció 3 meses después, de neumonía.
Su antisemitismo era otra de las aristas que compartía con la visión hitleriana. Un caso que se narra es el de Ivo P., niño de 11 años que, según el pediatra, no era constitucionalmente antisocial, sino que poseía un potencial interesante, aunque de todos modos debía ser recluido en alguna institución porque había un problema insalvable: uno de sus progenitores era judío.
Otro es el de Marie Klein, de solamente 9 años, que es descripta como una niña con un desarrollo normal, con poco peso para su edad, con un aspecto judío, anteriormente de carácter tranquilo, pero que tuvo que ser separada de su madre por ser ella descendiente de judíos, llevada a un asilo, donde fue maltratada. Su conducta cambió y fue enviada a consulta. En lugar de creerle, el equipo de Asperger la tomó como una alborotadora y la envió a un campo de exterminio. No se volvió a saber de ella.
También en muchas de sus clases durante el período nazi alabó la disciplina que traía el régimen y las bondades de su política sanitaria.
Otro hito fue su incorporación voluntaria al ejército en 1943. Según su declaración, debió hacerlo para ahuyentar a la Gestapo nuevamente, ya que se había negado a colaborar con la denominada “limpieza racial” nazi. No existe documentación que sustente su argumento. Por el contrario, todos los archivos que se hallaron correspondientes a las investigaciones que se hicieron sobre su persona, incluidas las de esa terrorífica dependencia policial, lo tienen como un buen ciudadano, obediente y respetuoso de las políticas impuestas por el nazismo.
Para terminar
Cuánto de las actitudes de Hans Asperger respecto del régimen nazi corresponden a su identificación con este y cuánto podría atribuirse a que su relativa notoriedad lo obligaba a tomar decisiones que podrían haberle repugnado para no caer en desgracia es algo difícil de establecer.
Según Sheffer, su pertenencia está probada. Además, de acuerdo con ella, el trabajo científico del pediatra austríaco ni siquiera es de entidad, ya que se basa en la descripción de apenas cuatro casos tomados de entre 200 que investigó, pero que ni siquiera son plenamente comparables.
Para Czech tampoco hay dudas: más allá de que pueda haber hecho una contribución importante para el reconocimiento del síndrome que lleva su nombre, Asperger fue, cuando menos, un colaborador del nazismo y condujo a varios de sus pacientes a esa casa del terror que fue la clínica Am Spielgrund para que fueran asesinados allí, es decir, fue un colaborador voluntario del programa de eutanasia infantil que impuso el nacionalsocialismo, además de un ferviente antisemita.
Siete años de investigación le llevaron a la historiadora para completar su libro, ocho al profesor austríaco para reunir la información que luce en su artículo. ¿Debería continuar llamándose a este síndrome con el nombre de un personaje al menos polémico?
Fuentes:
– https://www.theguardian.com/world/2018/apr/19/hans-asperger-aided-and-supported-nazi-programme-study-says
– https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5907291/
– https://embryo.asu.edu/pages/hans-asperger-1906-1980
– https://www.theguardian.com/books/2018/jun/04/aspergers-children-origin-autism-nazi-vienna-edith-sheffer-review
– http://www.lr21.com.uy/salud /1401735-hans-asperger-sindrome-nazi-pasado-genocidio-tercer-reich-holocausto
– http://www.aspergerschildren.com/
– https://www.asperger.es/hans_asperger.html
– https://www.clarin.com/cultura/asperger-nazi-exterminador-ninos-oculto-detras-celebre-pediatra_0_IcxaNCWfw.html