Según Orphanet, la patología de la pequeña “es una malformación cerebral poco frecuente debida a una migración neuronal anómala. Se define en base a la presencia de un córtex cerebral con numerosas circunvoluciones excesivamente pequeñas. Se manifiesta con retraso del desarrollo, discapacidad intelectual, convulsiones y diversos trastornos neurológicos, y puede hacerlo de forma aislada o como un hallazgo clínico en muchos síndromes genéticos”. Linda no puede sostenerse en pie por sus medios, tampoco habla, tiene problemas con el movimiento y lleva una sonda nasogástrica. De todas maneras, es una persona activa, a quien le gusta dibujar y pintar y concurre a la escuela durante dos horas y media diarias.
La primera vez que fue escogida ocurrió en 2016. Entonces todo un equipo de técnicos, artistas, ingenieros, personal de salud, mecánicos y otros voluntarios le fabricaron un exoesqueleto que le permitió sostenerse en pie y moverse, pero los niños crecen y el aparato le quedó chico.
En esta segunda oportunidad, Brian Vallejo y un grupo conformado nuevamente por personas con distintas experticias y habilidades se hallan en la tarea de confeccionarle un andador que la habilite a sostenerse y desplazarse. Estiman entregarlo durante diciembre.
El término Makeathon viene de la unión de dos palabras: MAKE (hacer, en inglés) y marATHON y consiste en que un equipo de individuos realice un prototipo tecnológico durante un corto período de tiempo. Para ello suelen seleccionarse 8 personas, 4 niños y 4 adultos, a los que se les resuelve alguna necesidad relacionada con la tecnología. La o las entidades responsables de la Makeathon brindan los recursos y la ayuda que sea necesaria para llevar la tarea a buen puerto.
En el caso argentino, quienes están detrás de la iniciativa son la ONG Tikkun Olam Makers Argentina y NETI (No Todo Está Inventado), organización y empresa que creen que “el mundo puede ser mejor para muchas personas, y que el poder de hacerlo está en nuestras manos”.