Un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Beijin, en China, se ha abocado a algo bastante similar a este film de ciencia ficción, aunque sin los humanos: los micro y nano robots híbridos para la salud humana.
La denominación de híbridos obedece a que portan elementos biológicos vivos y otros artificiales. Estos últimos son transportes capaces de moverse a través de los fluidos del cuerpo y entregar esas sustancias con vida donde realizarán las tareas programadas.
Si bien se trata de una tecnología médica en ciernes, ya que la mayor parte de los experimentos se ha hecho en laboratorios con escasa participación de seres humanos, se avizora ya su utilidad respecto del tratamiento del cáncer (por ejemplo, impidiendo la irrigación sanguínea en los tumores), para tratar obstrucciones y hacer reparaciones en los vasos venosos y arteriales, realizar microcirugías localizadas, utilizarse para terapia génica, ayudar en la terapia de fertilización, proveer antibióticos en zonas infectadas y reparar o reemplazar tejidos dañados y otros, muchos de los cuales todavía ni se sospechan. Un efecto secundario positivo observado es que se requieren menos cantidades de drogas, cuestión que minimiza los efectos secundarios en enfermedades crónicas.
Las medidas van desde 1 micrón (la milésima parte de un milímetro) a los 20 y pueden conformarse de distinta forma, según cuál sea el objetivo a alcanzar.
Algo notable es que algunos de ellos pueden ser comandados por control remoto, para asegurar su llegada al sitio elegido.
Los investigadores esperan que en los próximos años estos robots híbridos vayan evolucionando y se especialicen para convertirse en parte vital de muchos tratamientos y hasta que habiliten realizar tareas que permitan revertir algunas condiciones que hasta el momento carecen de cura.
Todavía quedan algunos puntos por superar, como la respuesta inmunitaria posible, pero el camino está abierto.