Siguiendo con su intención de fabricarlos con apariencia real, ahora fue el turno de Eli, quien cuenta con un implante coclear, ya que las distintas discapacidades que podemos portar los seres humanos son parte de esa realidad, que en la Argentina se estima que abarcan a algo más del 10% de su población.
Esta nueva creación cuenta con dos versiones, Elías y Eliana, y se desarrolló con el objetivo de promover la concientización sobre la sordera (el 60% de los problemas del oído medio pueden ser revertidos con una intervención temprana), fomentar el juego inclusivo y para ayudar a que los niños y niñas que puedan beneficiarse con su utilización los acepten.
Para su realización, la empresa al mando de Federico Galanterni realizó consultas con la fundación Fanda, dedicada a asistir a niños entre 0 y 18 años con discapacidad auditiva, y que, además, se hallan en condiciones de vulnerabilidad, y cuenta con el auspicio de la Facultad de Medicina de la UBA, de la Copidis (Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad), del Poder Legislativo de la Provincia de Buenos Aires y de la Cámara Argentina del Juguete. También se consultó a distintos referentes especialistas en la temática.
Un implante coclear se compone de dos partes, una se implanta quirúrgicamente dentro del hueso que rodea el oído (hueso temporal), y consta de un estimulador-receptor, el cual acepta, decodifica y luego envía una señal eléctrica al cerebro y la otra es externa, de un tamaño relativamente pequeño, que consta de un micrófono-receptor, un procesador de lenguaje y una antena. Esta última es la que recibe el sonido, lo transforma en una señal eléctrica y la envía a la parte interna, la que la decodifica y la reenvía al cerebro. Eli replica en forma realista el aparato, al extremo que su componente interno no puede ser removido, para que los niños y niñas sepan cómo es y entiendan que no deben quitárselo.
Para conocer los productos de Casita de Muñecas y sus precios puede accederse a https://casitademuñecas.com/.