Claire Sexton, directora de programas científicos de dicha asociación, dijo que: “Estamos ante la oportunidad de dar un paso atrás y mirar la película completa sobre lo que está ocurriendo con la investigación sobre demencia. La pandemia ha tenido un gran impacto y solamente estamos en los inicios para entender dicho impacto”.
La presentación de la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston realizó una exhaustiva reseña de las publicaciones científicas aparecidas a partir de marzo del año pasado en las que se revela que el virus causante de la pandemia tiene la capacidad de afectar el sistema nervioso de diferentes maneras que contribuyen a desarrollar el Alzheimer o a empeorarlo, cuando ya se porta, en adultos mayores.
A su vez, la de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York comunicó que en un estudio que involucró a 60 pacientes ingresados al centro médico de investigación NYU Langone Health con Covid-19, la mitad de ellos manifestó síntomas neurológicos relacionados con la infección, confusión sobre todo. Sus cerebros presentaban signos de inflamación y daño neuronal significativo.
Por su parte, el aislamiento preventivo también aportó lo suyo, según la comunicación realizada por miembros de la Universidad de Lille, en Francia. La falta de contacto con otras personas en muchos individuos institucionalizados con problemas mentales derivó en un empeoramiento de su condición e incluso en aquellos sin signos previos, habitantes de hogares para ancianos, disparó patologías antes inexistentes.
Los representantes de la Universidad de Maastricht, de Holanda, contaron que realizaron un metaestudio de literatura sobre el tema y hallaron que en la pandemia comenzaron a aparecer más casos de demencia con un origen anterior a los 65 años, edad promedio de aquella debida a neurodegeneración por edad.
Por otro lado, expositores de diferentes países (Hong Kong, Israel, Canadá y los EE.UU.) coincidieron en que la pandemia tuvo su lado positivo al instalar herramientas que pueden mejorar la atención de los pacientes, como el telecuidado, la teleatención y las consultas e interconsultas por zoom y otras formas de conexión remota.
De todas maneras, habrá que ver cuáles serán las secuelas reales que dejará la pandemia en el largo plazo.