• Contacto
  • Búsqueda de instituciones
  • Edición digital
  • Agenda de profesionales
miércoles, marzo 29, 2023
Edición digital
El Cisne
Publicidad
PUBLICIDAD
  • Inicio
  • Informes
    Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?

    Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?

    Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down

    Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down

    Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down

    Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down

    Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso

    Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso

    El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down

    El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down

    ¿Qué es el autismo de alto funcionamiento?

    ¿Qué es el autismo de alto funcionamiento?

    Filtrar por tema

    • Autismo
    • Síndrome de Down
    • Dislexia
    • TDAH
    • Asperger
    • Educación
    • Afasia
  • Noticias
  • Red de Instituciones
  • Profesionales
  • Capacitación
  • Edición Digital
  • Contacto
El Cisne
  • Inicio
  • Informes
    Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?

    Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?

    Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down

    Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down

    Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down

    Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down

    Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso

    Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso

    El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down

    El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down

    ¿Qué es el autismo de alto funcionamiento?

    ¿Qué es el autismo de alto funcionamiento?

    Filtrar por tema

    • Autismo
    • Síndrome de Down
    • Dislexia
    • TDAH
    • Asperger
    • Educación
    • Afasia
  • Noticias
  • Red de Instituciones
  • Profesionales
  • Capacitación
  • Edición Digital
  • Contacto
El Cisne
Home Informes especiales

Dificultades para leer y escribir: sus comorbilidades y consecuencias

El proceso de adquisición de la lectoescritura es algo complejo y progresivo, aunque la mayor parte de los seres humanos venimos programados para lograr su internalización. Sin embargo, hay un número importante de personas que presentan dificultades para ello. Dislexia y disgrafía son las dos más frecuentes, las que suelen combinarse entre sí y también con otros problemas. Sin tratamiento, sus consecuencias son muy importantes. Con las intervenciones terapéuticas adecuadas se superan muchos de los escollos.

El Cisne Por El Cisne
en Informes especiales
Dificultades para leer y escribir: sus comorbilidades y consecuencias
1.2k
COMPARTIDOS
6.6k
VISTOS
Compartir en FacebookCompartir en Twitter

¿Cómo se aprende a leer y a escribir?
El proceso de adquisición de la lectoescritura es complejo y progresivo. Requiere que, previamente, el niño o niña tenga un buen dominio del lenguaje hablado y haga un correcto uso del mismo. La ventaja con que se cuenta es la curiosidad de los pequeños, en quienes se despierta el interés por conocer los símbolos de la escritura y qué expresan esos textos. Ello ocurre alrededor de los 3 o 4 años, dependiendo del desarrollo de cada uno de los sujetos, pero es la edad promedio en que es posible comenzar la construcción del aprendizaje. Se trata de etapas previas que preparan las posteriores.
El proceso propiamente dicho comienza en sintonía con el inicio de la escolaridad, esto es, entre los 5 y los 6 años. El progreso del mismo se encuentra ligado al desarrollo evolutivo de los niños, ya que el dominio continúa incrementándose durante mucho tiempo.
Se requieren ciertas habilidades para comenzar a leer y a escribir, entre otras:
– Poseer una buena orientación espacial, ya que ello es imprescindible para la escritura, dado que es clave para establecer la orientación de las letras, y también para la lectura, sin la cual no se respetaría el orden de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo.
– La lateralidad debe estar bien definida, esto es, cuál es el lado del cuerpo que prepondera.
– La motricidad fina, porque sin ella no existe un control adecuado de lápiz o lapicera y el ejercicio de la presión justa para realizar la escritura.
– Buena coordinación viso motora que permita que los ojos y los movimientos de la mano estén en sintonía.
– Memoria auditiva y capacidad de discriminación, lo que hace que los niños guarden en su cabeza los sonidos que escuchan y puedan hacerlos corresponder con las letras.
– La comprensión de órdenes y estructuras sintácticas resulta imprescindible, ya que sin ella resultaría imposible comprender el orden de letras y palabras, teniendo en cuenta que la distinta distribución de los grafemas tiene por resultado palabras distintas u otras que no signifiquen nada y que las mismas deben ordenarse en una cierta forma para que construyan frases y oraciones con sentido.
– También es necesario poder comprender lo que se lee, no solamente conocer los sonidos y las palabras.
– La planificación juega un papel vital en el proceso de escritura, para lo cual es imprescindible poner en orden las ideas que se desea plasmar, por lo que es necesario entrenar a los niños para que sean capaces de planificar lo que quieren expresar, ello de acuerdo a la etapa de desarrollo en que se encuentren.
– El conocimiento de las reglas ortográficas es otro hito a alcanzar, sin el cual la lectura y la escritura se verían comprometidas.
– El reconocimiento de los signos de puntuación es otro elemento de suma importancia, porque ellos ayudan a dar sentido a lo que se lee o escribe.
Por fin, una vez que se adquieren los rudimentos de la lectoescritura será necesario trabajar la velocidad lectora y la de procesamiento, para que la lectura y la escritura sean fluidas y rápidas.
Simplificando, la mayor parte de los niños aprenden a leer entendiendo cómo los sonidos del lenguaje hablado forman las palabras. Luego asocian esos sonidos con las letras y más tarde combinan los sonidos para construir palabras, para finalmente automatizar la identificación de letras y sonidos a partir del reconocimiento instantáneo de palabras que han visto reiteradamente con anterioridad.
Si bien la inmensa mayoría de los seres humanos somos capaces de llevar adelante este proceso, hay distintos factores y problemas que pueden dificultarlo y hasta impedirlo en algunos casos.

Dislexia
En general se define a la dislexia como la dificultad que presentan algunas personas respecto de realizar una lectura correcta. Algunos especialistas incluyen bajo este rótulo también a los inconvenientes relacionados con la escritura, aunque en forma minoritaria, ya que lectura y escritura son como las dos caras de una moneda, pero se trata de dos instancias diferentes.
No se conoce cómo o por qué se produce. Según algunos trabajos, ella se debería a una cuestión genética, ante la constatación de que suele haber antecedentes familiares, pero ello quizás también pueda atribuirse a factores ambientales, ya que, al menos hasta el presente, no se ha identificado con certeza gen alguno cuya alteración derive en dislexia. Para otros, se trataría de un problema neurológico, documentado por algunos estudios con neuroimágenes que mostraron un funcionamiento diferencial de las partes posteriores del hemisferio izquierdo que se activan con el ejercicio de la lectura, siendo que en los disléxicos existiría una actividad menor en dichas regiones. Cuando los problemas para leer se deben a una lesión del cerebro, un ACV o a algún otro episodio traumático reciben otro nombre: alexia.
Según un evento realizado por la Universidad Nacional del Litoral en 2013 nominado “Dislexia y Aprendizaje”, entre un 5 y un 15% de la población mundial tendría algún grado de dislexia. Para la Academia Nacional de Ciencias estadounidense, los porcentajes variarían entre 10 y 17,5, mientras que otras investigaciones ubican las cifras en el orden del 5 al 17% o del 1 al 10%. Sea cual fuere el número que se tome, se trata de una problemática muy extendida en el globo que afecta con mucha mayor frecuencia a varones que a mujeres. A su vez, la gran dispersión numérica da cuenta de la falta de rigor en lo que se considera dislexia y en los parámetros con que se mide su incidencia poblacional.
Es importante señalar que la dislexia no implica afectación de la inteligencia del sujeto y que, previamente a su diagnóstico, deben descartarse problemas tales como deficiencias en la visión o en la audición del paciente, así como otras condiciones neurológicas y de otros tipos que puedan incidir negativamente en el desarrollo de la lectura, como, por ejemplo, las carencias en las habilidades necesarias para su adquisición ya señaladas.
Hay signos tempranos que pueden disparar alertas. En la etapa anterior a la escolaridad, los más frecuentes son: tardanza en el inicio del habla; aprendizaje de nuevas palabras enlentecido; inversión de sonidos en las palabras; confundir otras que suenan parecido; inconvenientes para recordar o expresar nombres de letras, números o colores y dificultad para aprender canciones y realizar rimas.

Es tras el ingreso a la escolaridad cuando las señales se hacen más patentes. La lectura puede ser:
– Carencial o disléxica: se confunden u omiten letras, sílabas o palabras; se altera el orden; se confunden sonidos de letras con similar punto de articulación o con grafía parecida (p y b, por ejemplo).
– Bradiléxica o taquiléxica: cuando la velocidad de lectura es demasiado lenta o más rápida que lo normal.
– Disrítmica: no hay respeto por las pausas que imponen los signos de puntuación ni por el orden de los textos. Se alternan momentos en que se lee con suma rapidez con otros de extrema lentitud.
– Mnésica: se memoriza el texto por oírlo repetidamente, aparentando leer, pero cuando se señala una determinada parte para ser leída, no puede llevarlo a cabo.
– Imaginaria: se interpreta el texto por las ilustraciones, inventando una historia que no coincide con lo escrito.
– Arrastrada: hay dificultades en la percepción global de la lectura, la que se demora para intentar descifrar el texto.
– Repetida y repetida silenciosa: reiteración de las primeras sílabas de la palabra y/o repetición del escrito en voz baja para sí mismo.
Estas y otras formas de lectura alteradas tienen como correlato un rendimiento lector muy inferior al esperado de acuerdo a las características personales y académicas del sujeto.
No existe un tratamiento que termine con la dislexia, aunque una detección temprana y una intervención personalizada mejoran notablemente el cuadro.
En la edad escolar, la adecuación de la forma de enseñanza a las características del sujeto mejora su perfomance. Entre otras facilitaciones posibles, brindar las consignas de las tareas oralmente a través de grabaciones puede resultar muy útil.
A su vez, padres, docentes y especialistas pueden coordinar la forma personalizada de ayudar a los niños a obtener un mejor rendimiento lector. En muchos casos, cuando se comienza tempranamente, si bien la dislexia continuará toda la vida, sus efectos serán notablemente menores.

Disgrafía
La disgrafía es un trastorno de aprendizaje que dificulta la escritura. En muchos casos aparece en conjunción con los problemas de lectura, pero en otros lo hace en soledad. No está afectada la capacidad intelectual del sujeto y es necesario descartar otras condiciones que produzcan un efecto similar.
Tampoco se sabe cuál es la causa, aunque las sospechas recaen sobre alteraciones neurológicas que impiden ordenar la información y ponerla por escrito y sobre deficiencias psicomotrices que harían dificultoso el acto de escritura. Habría problemas con la codificación ortográfica, un aspecto de la memoria de trabajo que permite reconocer y retener las palabras escritas y recordar el movimiento de manos y dedos para reproducirlas en un escrito.
Nuevamente, las cifras sobre la prevalencia que brindan los diferentes especialistas son extremadamente divergentes, con porcentajes que varían entre el 6 y el 22%.
Existen dos tipos de disgrafía. Por un lado, la denominada motriz, en la cual se observa una mala posición corporal del niño cuando escribe, presenta un manejo inadecuado del bolígrafo o de cualquier elemento que sirva para escribir y lo hace con excesiva rapidez o notable lentitud. Por el otro se encuentra la disgrafía específica, que se caracteriza por una desviación en la percepción de las grafías, que conduce a que se creen letras difíciles de reconocer (deformes, desproporcionadas, muy juntas o muy separadas, etc.).
Los síntomas más frecuentes que se observan son: escritura ilegible, lenta, mezcla de letras de imprenta y cursivas, espaciado desigual entre letras y palabras, deficiencias ortográficas y gramaticales, dificultades para asir los elementos de escritura (posición inusual o agarre demasiado rígido), puntuación incorrecta, mala construcción de oraciones, problemas para organizar la información, necesidad de decir en voz alta lo que se escribe, separación en sílabas incorrecta, alternancia de letras mayúsculas y minúsculas, serios inconvenientes para copiar palabras, no respetar los renglones, observar la mano mientras se escribe, omisión de letras y/o palabras, borrar con demasiada frecuencia, entre otros.
La disgrafía es otro trastorno que dura toda la vida, aunque los tratamientos tempranos y personalizados permiten mejorar en muchos aspectos. La terapia ocupacional puede brindar algunas soluciones en lo que hace a la forma de asir un bolígrafo, permite corregir las malas posturas y puede sugerir la utilización de lápices y otros elementos que tengan un agarre más adecuado para la capacidad del sujeto.
En la etapa escolar, los docentes pueden ayudar permitiendo que las evaluaciones sean orales, en lugar de escritas; si el examen escrito no puede ser evitado, se puede otorgar más tiempo al alumno para completarlo; brindando material impreso, evitando hacerlo a través de la copia a mano; habilitar la utilización de medios electrónicos que suplan la escritura manuscrita, entre otras.

Otros problemas asociados
Además de la frecuente coexistencia entre dislexia y disgrafía, también suelen presentarse algunas comorbilidades con una u otra condición o incluso con ambas, la más frecuente de las cuales es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
En ese sentido, se afirma que en aquellas personas cuya afección primaria es la dislexia, el 33% de ellas portan TDAH. En sentido inverso, en aquellos diagnosticados con el trastorno atencional como prioritario, los problemas de lectura se hallan presentes en un amplio rango que va del 6 al 39%, según distintos autores. La asociación con la disgrafía alcanzaría cifras similares, aunque hay trabajos que elevan el porcentaje hasta el 59%.
Los ambientes sociales desfavorables son también una fuente de problemas para la correcta adquisición de la lectura y la escritura, ya que faltan los estímulos necesarios para ello. De todas maneras, esto es fácilmente subsanable.
Otro problema que se reporta es lo que se denomina dispedagogía, que se da cuando las pedagogías utilizadas para enseñar no respetan la edad de desarrollo de los niños (aprendizajes precoces) o no tienen en cuenta sus capacidades e intereses y fuerzan la lectoescritura, junto con otros procesos de enseñanza y aprendizaje inadecuados.
Los denominados trastornos del desarrollo del lenguaje expresivo suelen aparejarse a los inconvenientes de lectura y escritura. No se sabe por qué se producen, aunque se cree que podría haber algún problema en el cerebro o factores genéticos para su aparición. Uno de los que los hacen más frecuentes es la desnutrición.
La discalculia, es decir, los problemas relacionados con los números y las operaciones matemáticas, es otra condición que aparece con frecuencia junto con los problemas de lectura y escritura. Su incidencia en la población es de aproximadamente el 6,5%. A su vez, los disléxicos o disgráficos que también portan discalculia llegan al 17%.
También los trastornos generalizados del desarrollo, las distintas formas de deficiencia intelectual y muchas otras condiciones pueden producir problemas para leer y para escribir.

Las consecuencias
Tener dificultades para hacer lo que otros hacen normalmente, sea en el campo que fuere, produce corrientemente una baja autoestima. Esa es, también, una de las características de quienes tienen inconvenientes con la lectoescritura, ya que repercute en los estados de ánimo y el humor de las personas, haciéndolas retraídas o querellantes, inseguras, apáticas, infelices, requirentes de la aprobación externa y una larga lista de efectos negativos.
A su vez, el estrés que provoca lidiar con las tareas también incide en forma negativa sobre los sujetos, lo que se puede transformar en falta de energía, sensación de cansancio, pérdida o aumento de peso, malestares físicos, problemas de sueño (dormir poco o mucho), ansiedad, inquietud, tristeza y más.
Quizás la consecuencia directa más evidente de las problemáticas relacionadas con la lectura y la escritura se patentice en el ámbito educativo, ya que buena parte de nuestros sistemas de enseñanza se vale de la palabra escrita, por lo que, pese al esfuerzo, es probable que no solamente no pueda seguirse el ritmo de los compañeros, sino que no se logre alcanzar el potencial real del niño. Eso repercute, a su vez, en las posibilidades laborales en la edad adulta, limitando la calidad de las colocaciones que puedan lograrse.
Estas tres consecuencias principales inciden en forma nociva sobre la calidad de vida de las personas a lo largo de toda su existencia, puesto que la relación con otros se ve afectada.

Conclusiones
Un aspecto a tener en cuenta es que las edades cronológica y del desarrollo no corren parejas, sino que los tiempos apuntados se basan en promedios, por lo que pequeñas demoras en la adquisición de la lectura y de la escritura no deben considerarse patológicas. Muchos niños presentan ciertos retrasos que se resuelven en breve tiempo, simplemente con la maduración. A lo que hay que estar atentos es a la prolongación temporal de esos déficits y consultar con especialistas cuando ello ocurra o en caso de duda.
Como se dijo, si bien los problemas de lectoescritura son de por vida, hay formas de tratamiento que ayudan a mejorar a los sujetos. Para la dislexia, la disgrafía y la discalculia “puras” no existen medicamentos, sino estrategias personalizadas que atenúan las consecuencias, disminuyendo, al mismo tiempo, el estrés y la baja autoestima, a lo que contribuye notablemente que las personas cercanas afectivamente brinden contención y apoyo y se involucren activamente en los procesos educativos y terapéuticos y que, de creerlo necesario, los padres, hermanos y otros familiares se conecten con grupos de apoyo que les permitan compartir experiencias y estrategias y les hagan sentir que existen otros en su miasma condición.

Fuentes:
– https://www.nhs.uk/conditions/dyslexia/
– https://www.webmd.com/add-adhd/childhood-adhd/dysgraphia-facts
– https://www.psicologiapsh.com/dificultad-aprender-a-escribir/
– https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/disgrafia
– https://www.sapghana.com/specific-learning-difficulties/difficulties-in-reading-writing-spelling/
– https://www.healthline.com/health/what-is-dysgraphia
– https://www.understood.org/articles/es-mx/the-difference-between-dysgraphia-and-dyslexia
– https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/dyslexia/symptoms-causes/syc-20353552
– https://www.bebesymas.com/desarrollo/dificultades-de-los-ninos-para-aprender-a-leer-y-escribir
– http://educaryaprender.es/trastornos-aprendizaje-lectoescritura-deteccion-temprana/
– https://kidshealth.org/es/kids/dyslexia.html

Te invitamos a leer nuestra edición digital

Anterior

App permite comunicarse a personas con problemas de habla

Siguiente

Buenos Aires, la inaccesible

El Cisne

El Cisne

Relacionadas El Cisne

Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?
Noticias

Conductas disruptivas en niños con discapacidad: ¿cómo afrontarlas?

Por El Cisne
Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down
Informes especiales

Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down

Por El Cisne
Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down
Informes especiales

Comunicación y lenguaje en el síndrome de Down

Por El Cisne
Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso
Informes especiales

Autismo: Ghosting, el enemigo silencioso

Por El Cisne
El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down
Informes especiales

El proceso de duelo ante el hijo con síndrome de Down

Por El Cisne
Siguiente
Buenos Aires, la inaccesible

Buenos Aires, la inaccesible

Relacionadas

Joven transforma chatarra en ayuda

Joven transforma chatarra en ayuda

Joven con discapacidad creó su propia radio

Joven con discapacidad creó su propia radio

¿Qué es un PPI?

¿Qué es un PPI?

Diagnóstico de enfermedades genéticas utilizando fotografías

Diagnóstico de enfermedades genéticas utilizando fotografías

Centro de día Alas abiertas banner publicitario Centro de día Alas abiertas banner publicitario Centro de día Alas abiertas banner publicitario
PUBLICIDAD
Banner publicitario Audiología y lenguaje Banner publicitario Audiología y lenguaje Banner publicitario Audiología y lenguaje
PUBLICIDAD
El Cisne

Revista digital de interés para aquellas personas que de una u otra forma estén vinculadas con el tema de la discapacidad.

Nuestras Redes Sociales

Más buscados

  • Inicio
  • Informes
  • Noticias
  • Red de Instituciones
  • Profesionales
  • Capacitación
  • Edición Digital
  • Contacto

Accesos rápidos

  • Edición digital
  • Búsqueda de instituciones
  • Profesionales
  • Capacitación
  • Unirse a la agenda de profesionales
  • Contacto

Suscripción al Newsletter

  • Edición digital
  • Búsqueda de instituciones
  • Profesionales
  • Capacitación
  • Unirse a la agenda de profesionales
  • Contacto

© 2023 El Cisne

No Result
View All Result
  • Inicio
  • Encontrá instituciones
  • Encontrá Profesionales
  • Edición digital
    • Última edición
    • Ediciones anteriores
  • Lectura
    • Informes especiales
    • Noticias
    • Trámites
  • Capacitación
  • Multimedia
    • Conferencias online
  • Contacto
  • Unirse a la agenda de profesionales

© 2023 El Cisne