Cuando hablamos de deportes, desde la Escuela, el tema suele incorporar conceptos más allá de las cuestiones curriculares, formativas.
A la vez, cuando hablamos de “Educación Física”, también entendemos otros conceptos (ligados en cierta manera, aunque no siempre y necesariamente, al tema de “deporte”).
Pues bien, ahora quisiera retomar el tema del deporte en general, y a la vez, el tema del deporte con personas con Discapacidad (P.C.D.).
En mis años de trayectoria en la Escuela Especial, las áreas de Deportes incluyen las disciplinas que se dictan dentro de la materia Educación Física; según el Plan también natación (por ejemplo en el caso del Plan RSMN 3065/02); y de modo extracurricular pueden también incorporarse más horas, y/o más actividades (por caso fútbol, básquet, handball, Newcom, etc.).
Es decir que nuestros alumnos en Escuelas Especiales pueden tener las nociones de fútbol, básquet, newcom y handball dentro del espacio de Educación Física y además, en varios deportes, entrenar de modo continuo ya que hay disciplinas que se dictan también de modo extracurricular y cuentan con espacios y horarios asignados, aparte de las 35 hs. reloj semanales, en general con estímulos adicionales de 2 a 3 veces semanales.
Así, los atletas, con entusiasmo por aprender y también por disfrutar, se convocan en escuelas y en clubes. Cabe destacar que además, en particular con los alumnos que entrenan de modo sistemático en espacios extracurriculares, se logra tener equipos (agrupados por nivel y posibilidades técnicas) con participación en competencias a nivel Municipal, Provincial y Nacional.
A su vez, debe tomarse en cuenta (según el área de la Psicología) que la discapacidad muchas veces puede estar asociada a lo emocional y/o originarse por algún déficit de este orden. Es por esto que la socialización que se genera a través del deporte fortalece desde varios puntos de vista los vínculos sociales, ya que la interacción con los otros es irrenunciable e influyen de manera considerable en el desarrollo personal.
Tengamos presente que la “socialización primaria” es el proceso que tiene funcionamiento dentro del seno familiar de origen. El proceso de “socialización secundaria” es aquel que se proyecta en la Educación Formal (grupo de niños, jóvenes en la escuela, grupo en el aula). Los deportistas a su vez, formando equipo, estarían interactuando en una suerte de “socialización en tercer grado” (es decir: la familia, los amigos de la escuela y los amigos del equipo o del club).
En estas líneas precedentes hablamos de “quiénes” (alumnos y docentes en escuelas especiales), de “có-mo” (en espacios académicos curriculares y/o extracurriculares) y “dónde” (en escuelas, gimnasios, clubes y natatorios).
Ahora bien, nos preguntaríamos entonces el por qué o el fundamento: ¿Por qué realizar deportes? ¿Por qué es bueno que el mismo forme parte de una currícula de educación formal? Es más: ¿porqué invertir recursos (humanos, físicos, de gestión, económicos…) en reforzar el área Deporte en espacios extracurriculares.
Para tratar de arribar a una posible respuesta transcribo una primera aproximación al término “Deporte”, una definición de diccionario:
“El deporte es una disciplina, que en la mayoría de sus expresiones se basa en la actividad física; la excepción es el Ajedrez, generalmente sujeta a determinados reglamentos. Tiene la doble vertiente del ejercicio y de la competición. Algunos deportes se practican mediante vehículos u otros ingenios que no requieren realizar esfuerzo, en cuyo caso es más importante la destreza y la concentración que el ejercicio físico. Idealmente el deporte divierte y entretiene, y constituye una forma metódica e intensa de un juego que tiende a la perfección y a la coordinación del esfuerzo muscular con miras a una mejora física y espiritual del ser humano. Algunos deportes se practican en equipo y otros individualmente”.
Veamos; considero que mucho se puede “desprender” de esta definición…
Se pueden construir (o reconstruir desde fragmentos, nuevas ideas, definiciones, apreciaciones, acercamientos…).
Pues bien: “…disciplina, que en la mayoría de sus expresiones se basa en la actividad física…”. En todas aquellas que practicamos nosotros, se pone en juego la actividad física. Por supuesto con todos los beneficios que esta otorga (a nivel cardiopulmonar, motor, de control de peso, de coordinación, de mejora sensorial, cerebral, endócrina, etc., todo esto sería tema de otro artículo…).
Luego… “Tiene la doble vertiente del ejercicio y de la competición”. Está claro que el deporte es en sí mismo una actividad del tipo “lúdica”, pero que adquiere más relevancia, significado y trascendencia cuando, además de la práctica, se le puede sumar la competición (esto último es accesorio: obviamente que muchos de los deportistas entrenan con esfuerzo, consistencia y dedicación, pero de acuerdo a sus posibilidades y limitaciones por sus marcas en tiempo o por sus habilidades, se los agrupa en series de competencia. Un claro ejemplo de esto es lo que realiza en todo el país Nuevas Olimpiadas Especiales de Argentina).
Constituye una forma metódica e intensa de un juego que tiende a la perfección y a la coordinación del esfuerzo… Y de los esfuerzos de cada integrante del equipo. No hay deporte que no pueda ser practicado en equipo (hasta el automovilismo o la natación requieren en alguna instancia de la conformación de equipos. Siempre existe una manera de aunar esfuerzos. Por ejemplo, carreras en postas, tareas por personas, etc.
El deporte en su esencia es una actividad de equipos; aun los deportes individuales requieren del equipo detrás del atleta.
“…esfuerzo muscular con miras a una mejora física y espiritual del ser humano…”.
Esto es, el esfuerzo muscular, acompañado de la concientización por la mejora técnica, que eleva el rendimiento, tanto físico como mental y espiritual.
Entonces: ¿por qué el deporte es parte de la currícula escolar? Por todo lo precedente, y además porque es un “vector” en la enseñanza de valores, es un modo de internalizar el aprendizaje de valores esenciales (el respeto, la lealtad, la colaboración, la puntualidad, el esfuerzo individual pero en pos del equipo, el trabajo coordinado, la persistencia, el esfuerzo permanente, la tenacidad, el acatar las reglas de juego, el aceptar una autoridad, el trabajar por y para un fin en común, el saber competir en forma cordial, mediando la amistad, etc.).
Son muchos los valores que enseña y transmite el deporte, y eso puede verse en el día a día y aun en las competencias de la más alta categoría.
El deporte también enseña a “aprender a Aprehender”.
Y es en este aspecto puntualmente donde el “aprehender” (hacerse de un nuevo conocimiento, como “apropiándose” de él) requiere del trabajo de alumnos y docentes fuera de la “zona de confort” para explorar los límites desde lo conocido y más confortable, hasta lo más nuevo e incierto. No sin temores, dudas e inseguridades.
En natación, por ejemplo, los alumnos desafían continuamente sus propios límites, aumentando los niveles de nado en algunos casos y otros ingresando por primera vez a zonas profundas. Todos son logros grandes e importantes en la historia de cada alumno, ya que exploran nuevas posibilidades, rompiendo barreras propias, ganando confianza en el medio, pero sobre todo ganando confianza en sí mismos.
Motivándose y motivando a los compañeros hacia la auto superación y la continuidad de las prácticas mismas. Además conllevan diversión, aprendizajes, empuje y experiencias formativas para nuestros alumnos/atletas.
Tengamos presente, en la noción del Deporte y la Sociedad, que consideramos que la sociedad cumple un rol muy importante a la hora de hablar de inclusión e integración de las personas con discapacidad, dado que puede favorecerlas u obstaculizarlas. Las restricciones en la participación, dependen siempre de la relación de la persona con su entorno y, por ello, en parte es responsabilidad de la sociedad eliminar las barreras que crean la desventaja o restricción. Y si bien hablamos de lo social como un aspecto implicado en esta tarea, la integración de las personas con necesidades educativas especiales es un ejercicio permanente que nos involucra y compromete tanto a nivel social co-mo individual. La integración social es un deber que nos convoca y nos asiste simultáneamente, y en el deporte se ve cabalmente en escuelas, clubes, gimnasios, natatorios, empresas de viajes, alojamientos, etc.
La propuesta, entonces, es seguir adelante, creciendo en la educación y en el deporte.
Desarrollando curriculum, a la vez que armando equipos, sean recreativos o competitivos, afianzando el trabajo realizado y los logros conjuntos de nuestros alumnos/atletas.
Ana Terreno*
Pablo Crespo**
* Profesora Nacional de Educación Física (GEBA). Rehabilitadora Física. Personal Trainer. Guardavidas (AMGAA). Contacto: terrenoana@gmail.com
** Ingeniero (UBA). Profesor (Ciclo Pedagógico USAL ). Posgrado en Discapacidad (ISALUD). Guardavidas (AMGAA). Contacto: pcrespo@institutosuyay.com.ar