En el ámbito escolar la labor del psicopedagogo está orientada a atender la individualidad del alumno que forma parte de esa institución, al seguimiento en sus procesos y modalidades de aprendizaje, a las características de los vínculos que establece con el objeto de aprendizaje, sus docentes y sus grupos de pares y a la atención de las subjetividades y posibilidades que ese niño o adolescente posee. Se podría decir entonces que la pertinencia del quehacer psicopedagógico dentro del ámbito institucional se sitúa en la prevención primaria y secundaria, acompañando y evaluando procesos de aprendizaje para evitar la aparición de dificultades de dicha índole y elaborando recursos y/o estrategias de intervención para la acción.
Posiblemente en el interior de la escuela se presenten variadas problemáticas vinculadas a la historia familiar y personal de los sujetos, razón por la cual el abordaje requerirá que el psicopedagogo se encuentre en permanente análisis, reflexión e intercambio con muchos otros actores -docentes, psicólogos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos, etc.- dentro y fuera del ámbito de la institución educativa. Puede ser muy propicia la mirada de otras disciplinas para situaciones específicas donde posiblemente las herramientas o estrategias que las mismas aporten complementen nuestra labor, la enriquezcan o interroguen las prácticas ejercidas.
Es probable que al insertarnos en la institución nos encontremos con demandas y necesidades explicitadas por el equipo directivo de la misma y a las que intentaremos atender; pero también puede suceder -y en buena hora si ello ocurre- que con el paso del tiempo nuestra observación nos muestre otras necesidades que pueden o no coincidir con las presentadas al inicio de nuestro trabajo allí. En este caso, es importante poder orientar el trabajo de forma que se genere la demanda real y no quede en un supuesto únicamente del psicopedagogo, esto es, que la institución sea capaz de apropiarse de esa demanda. De esta manera se contribuirá a un abordaje íntegro, que posibilite verdaderos cambios en la institución.
Necesariamente debería comenzarse por un diagnóstico institucional, los instrumentos para tal fin podrían ser:
• Observación de la institución es todos sus aspectos: niveles educativos con los que cuenta y en el cual desempeñaremos la tarea psicopedagógica, características edilicias, ubicación geográfica, contexto social, población de alumnos que asisten y características de esa población, población docente con la que se cuenta y grado de pertenencia de los mismos a la institución, etc.
• Registro o documentación de las situaciones observadas, aquellas relacionadas a la dinámica institucional y su identidad, la modalidad de comunicación entre los diferentes actores de la misma, metodologías educativas empleadas por el cuerpo docente, conflictos que surgen frecuentemente y estrategias utilizadas para resolver los mismos, red establecida con instituciones cercanas y recursos con los que se cuenta para el desarrollo de la tarea educativa.
• Registro de aquellos aspectos relevantes y en directa relación con la demanda y necesidades presentadas por el equipo de gestión al momento de incorporarnos a la institución.
En función del diagnóstico psicopedagógico institucional se orientará luego la intervención y la modalidad de la misma. En este momento es necesario tener presente que dicha modalidad de intervención debe estar en estrecha relación con el bagaje, la formación de base del psicopedagogo y la corriente de abordaje con la cual se adhiere para el abordaje y la tarea a llevar a cabo.
Una experiencia dentro de una escuela de educación técnica
En la provincia de Santa fe -a diferencia de otras, como es el caso de la provincia de Buenos Aires- los equipos de orientación escolar, y en consecuencia un psicopedagogo, por ejemplo, no cuentan con cargos contemplados o reconocidos ministerialmente dentro de las instituciones escolares de gestión oficial, a excepción de las de modalidad especial. Es por esta razón que mayormente la posibilidad de inserción profesional se produce en ámbitos escolares de gestión privada. Esta aclaración se hace necesaria, dado que la relación laboral que se establecerá entre el psicopedagogo y la institución escolar donde realizará las intervenciones dependerá en gran medida y variará según esas condiciones.
Demandas y objetivos de trabajo
Desde la experiencia personal como psicopedagoga y docente, esta demanda llegó en una instancia de crecimiento profesional, por esa razón planteó desafíos que motivaron aún más la decisión a incorporarme a esta institución. Esta posibilidad se presentó dentro de una escuela de nivel secundario y modalidad técnica de gestión privada. En un principio, la demanda de intervención concreta que comunica el equipo de gestión directiva se orientó a una dificultad que para ellos era preocupante: aumento del índice de repitencia escolar. Por lo cual se me solicita intervenir mediante, por un lado, el seguimiento pedagógico de alumnos repetidores para conocer su situación y asistirlos durante el año escolar; y por otro, detectar alumnos con dificultades en el aprendizaje y bajo rendimiento en calificaciones para realizar un acompañamiento a los mismos y prevenir situaciones de repitencia o fracaso. Mi trabajo dentro de esta institución se lleva adelante en conjunto con un profesional psicólogo, donde las miradas de ambas disciplinas ofrecen oportunidades de análisis y estrategias de intervención mucho más íntegras.
Si bien esa demanda inicial no fue descartada, ni reemplazada, dado que el objetivo de la escuela es educar y formar profesionalmente a los jóvenes, desde mi área logré paulatinamente orientar a la institución a ampliar la mirada de nuestra labor profesional en pos del bienestar integral de la persona -alumno- lo cual excede al campo de las incumbencias meramente educativas. De esta manera fue posible comprender que esa demanda inicial -la repitencia escolar- era la consecuencia de factores subjetivos, sociales y psicopedagógicos subyacentes en el alumno.
Avanzando en ese aspecto comencé -recordando siempre que en muchos aspectos el trabajo fue en equipo con otro profesional, tutores, docentes, directivos, etc.- a trazar objetivos de trabajo concretos enmarcados en mejorar la calidad y equidad educativa de la escuela, atender adecuadamente a las posibilidades de cada alumno; implementar intervenciones institucionales que favorezcan las condiciones para el proceso de enseñanza-aprendizaje atendiendo a la diversidad; interiorizarnos de los trayectos escolares de los alumnos que hayan presentado dificultades en el aprendizaje previamente en otras instituciones a las que asistieron con el fin de poder implementar acciones o intervenciones que favorezcan el mejor desempeño posible de los mismos; evaluar la implementación de adaptaciones curriculares y proyectos de integración a fin de adecuar las exigencias curriculares a las posibilidades singulares de los alumnos y por último, pero no por ello de menor importancia, atender a los síntomas de modo que puedan ser tratados convenientemente y que éstos no sean causa de exclusión.
Estrategias de acción implementadas
En principio fue de gran importancia la observación abierta, el registro y posterior diálogo en equipo de las situaciones que fui observando, intercambiando miradas y escuchas profesionales.
En un segundo momento comencé a implementar diversas estrategias relacionadas a las situaciones y sus particularidades:
• Entrevistas individuales y personalizadas con alumnos y padres.
• Diálogo e intercambio con docentes, preceptores, tutores y equipo de gestión directiva.
• Interconsulta con profesionales intervinientes en las situaciones específicas de cada alumno.
• Seguimiento de los alumnos en el transcurso del ciclo lectivo. Registro de notificaciones, inasistencias, calificaciones, etc.
• Derivación a profesionales externos, de ser necesario.
• Implementación de adecuaciones, recursos y estrategias especiales con alumnos que lo requirieron.
Un recurso interesante con el que contamos en esta escuela es un sistema online, todo está informatizado, por lo cual se accede fácilmente a información de cada alumno y también se registran todas las acciones que se van llevando adelante. Este recurso tiene dos importantes beneficios, por un lado, posibilita, por ejemplo, acceder en cualquier momento a los resultados de entrevistas realizadas por cualquier actor institucional. Por otra parte, permite que el profesional pueda registrar todas las acciones realizadas y documentar todo el abordaje implementado dentro de la institución.
Un desafío motivante
Ser psicopedagoga dentro de una institución escolar ha sido para mí el comienzo de un interesante desafío, porque si bien recibí una demanda concreta de base, hay necesidades continuas que van siendo actualizadas permanentemente, producto del trabajo con sujetos que poseen individualidad, una historia y que están inmersos en una familia que los determina. Dichos factores van a incidir inevitablemente en la disposición para el aprendizaje con la que cada alumno cuente. Como psicopedagoga, tendré que trabajar siempre directamente con las dificultades manifestadas e indirectamente con esa historia, ese bagaje personal del sujeto.
Lo motivante de este desafío profesional lo encuentro en acompañar a los niños o adolescentes en su paso por la escuela y lograr que alcancen un bienestar que excede a las incumbencias meramente educativas, porque se trata de un bienestar integral.
Erica Rumi*
* Erica Rumi es Prof. en Psicopedagogía, Lic. en Psicopedagogía, Especialista docente en educación y TIC. Docente en escuelas de nivel secundario en el área de Filosofía y en nivel terciario. E-mail de contacto: rumierica@gmail.com