Prácticamente el 75% de los infectados no presenta síntomas y en el 25% restante produce fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza y en las articulaciones y en los músculos, malestar general y conjuntivitis no purulenta. Usualmente, los mismos desaparecen entre los 2 y los 7 días de declarada la enfermedad.
El problema más serio se presenta cuando la que recibe la picadura es una gestante, ya que dicho virus ataca el desarrollo del cerebro del por nacer, puede producir rigidez muscular tras el nacimiento, dificultades para tragar y respirar y problemas con la retina y el nervio óptico que comprometen la visión, entre otros. Pero la afec-tación más evidente a simple vista es la microcefalia.
Hacia 2015 se produjo en Brasil una serie de nacimientos de niños con dimensiones craneanas reducidas, lo que llevó a que distintos grupos de investigación requirieran a las familias su participación en los trabajos a emprender. Terminadas las pruebas, no volvieron a tener noticias. Ante los reclamos, quien dirigió una de las experiencias afirmó que se les había indicado que no habría feed-back, lo que no parece condecirse con los reclamos de no solamente una sino de varias familias. Otra excusa que dio es que el estudio se redactó y se publicó en idioma inglés y no en portugués. A su vez, una de las investigadoras adujo que es muy difícil traducir la jerga biológica al lenguaje llano. Otra explicó que, como el trabajo se había realizado en conjunto con los EE.UU., no dependía exclusivamente de los científicos locales.
Es cierto que las investigaciones se realizan para lograr conocer mejor el objeto de estudio y que no se hacen para mejorar la salud de los participantes, pero, como adujo una de las madres involucradas, ¿eso da derecho a que las personas sean tratadas como animales de laboratorio?