Un grupo de científicos españoles pertenecientes a la unidad de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández de la ciudad de Elche y estadounidenses del Departamento de Neurocirugía e Ingeniería Biomédica de la Universidad de Utah lograron restituir parte de su visión 15 años después.
Los investigadores implantaron en la mujer (quien, además de voluntaria, figura como coautora del trabajo publicado) diminutos electrodos de 4 x 4 milímetros equipados con un centenar de microagujas en la región visual de su corteza cerebral. A su vez, incluyeron una retina artificial que emula el funcionamiento del ojo humano, la que colocaron en un anteojo común. De esta forma evitaron hacer lo que hacen otros trabajos que intentan restaurar la visión, que es intervenir los ojos y los nervios ópticos del paciente, con lo cual se evitaron posibles complicaciones.
Gómez concurrió durante seis meses a las sesiones de prueba diarias de cuatro horas cada una, para poder reentrenar su cerebro y ser capaz de identificar figuras simples y patrones lumínicos. Lo primero que logró percibir fueron puntos luminosos aislados y algunas líneas horizontales. Al poco tiempo le fue posible distinguir con precisión los patrones horizontales y los verticales con un 100% de precisión. “¡Puedo ver algo!”, exclamó.
En el último mes quisieron probar si Berna podía ver letras, para lo cual la sometieron a nuevos ensayos. El resultado fue sumamente prometedor: pudo captar la forma de letras como la i, la l, la c, la v y la o, tanto en minúsculas como en mayúsculas.
El mismo equipo está reclutando personas ciegas para realizar nuevos experimentos y, al mismo tiempo, se encuentran tratando de perfeccionar los aparatos que diseñaron, con el objetivo de que sean capaces de proporcionar una mejor visión a las personas con baja percepción visual o incluso ciegas.
El trabajo, que puede consultarse en https://www.jci.org/articles/view/151331, estableció, además que el cerebro humano sigue siendo capaz de procesar las imágenes, aunque hayan transcurrido varios años de ceguera. Probablemente el desafío más importante que enfrentan estos científicos es descubrir si las personas ciegas de nacimiento pueden beneficiarse del fruto de su labor.