Tras un breve paso por la NASA, David decidió seguir lo que era su vocación, esto es, dedicarse al cuidado de la salud, más precisamente en lo referido a mejorar la calidad de vida de aquellos que tienen serias dificultades de movimiento y comunicación. Es que a medida que fue creciendo vio cómo su familia cuidaba de su tía, ya fallecida, portadora de esclerosis múltiple, y de un tío que padecía una lesión medular y ello lo llevó a orientarse hacia ese campo. También llamó su atención la independencia que logró Stephen Hawking, el físico británico que sobrevivió más de medio siglo a la ELA, quien logró poder trasladarse y comunicarse gracias a varios aparatos creados para él.
Esta no es su primera empresa, ya que anteriormente había sido cofundador de Loro, a poco de recibirse, con la que se inició en la fabricación de aparatos dedicados a las personas con discapacidad motriz. Como puede apreciarse, este ingeniero tiene debilidad por estas aves, ya que considera que son sus animales espirituales.
Siguiendo con esta línea, su producto actual se llama Polly, en honor a las viejas historias de piratas que, además de la pata de palo y el parche en el ojo, contaban con un psitácido posado sobre uno de sus hombros.
El aparato que, por supuesto, tiene la forma estilizada de un loro, se adosa a cualquier silla de ruedas. Posee una cámara que da una visión de 360º y se conecta con cualquier computadora o tablet a partir de su procesador provisto de un programa de inteligencia artificial que no solamente ayuda a que su usuario puede trasladarse con el solo movimiento de sus ojos en cualquier silla motorizada, sino que hace lo propio con otros aparatos, switches y elementos robóticos y de comando como Alexa y demás asistentes virtuales comandados por voz. Además de permitir un traslado seguro, tanto en el propio hogar como en el exterior, dominando completamente el entorno y su conexión con otros elementos asistivos, Polly hace lo propio con los sintetizadores de voz que se accionan con pequeños gestos de la cabeza y/o de los ojos.
Para desarrollarla, Hojah y su equipo, varios de los cuales se valen, precisamente de su invención, por portar Esclerosis Lateral Amiotrófica, como es el caso del arquitecto Steve Saling, quien aparece en la imagen junto a David, y otras condiciones, consultaron precisamente a potenciales usuarios de esta tecnología, así como a quienes los asisten, sean profesionales, acompañantes pagos, voluntarios y familiares. Es por ello que desde el comienzo de las pruebas la utilidad de esta ayuda fue notable.
En la actualidad, son algo más de 200 las personas que utilizan Polly, la mayor parte de las cuales porta esclerosis múltiple o ELA, aunque también pueden hacerlo quienes tengan daño espinal y otros problemas físicos y neurológicos.
Un punto que la empresa ha tenido en cuenta es el costo, ya que su intención es hacer que su producto sea lo más universal que sea posible. Es por ello que el desembolso inicial para el aparato es de U$S 1.500 y 50 mensuales de la misma moneda, por la conectividad en la nube. Estiman que cuando se llegue a 500 usuarios, el precio se elevará, pero no demasiado, para que ello no resulte una barrera infranqueable.
Algo que ya hace Polly es ser capaz de anticipar algunas de las necesidades del paciente, por ejemplo, prendiendo o apagando el aire acondicionado en caso de que la temperatura ambiente resulte incómoda. Eso lo hace gracias a que su programa de inteligencia artificial y aprendizaje automático logra que el sistema lea las expresiones faciales y el lenguaje corporal del sujeto y actúe en consecuencia.
Además de encontrarse en la actualidad perfeccionando estas funciones, Hojah y el equipo están trabajando para dotarlo de otras más, lo que comprenderá el monitoreo de los signos vitales, con aviso al propio sujeto y también a quienes el mismo designe ante alguna contingencia, situación que permitirá una mayor autonomía y la posibilidad de que muchas personas puedan vivir solas, y también hacer lo propio respecto de las emociones, con lo cual se podrá requerir ayuda cuando se la necesite.
Saling, por su parte, es el creador de la ALS Residence Initiative (Iniciativa Residencia ELA), edificio al cual ha hecho totalmente inteligente, por lo cual las personas con movilidad severamente restringida, como es su caso, pueden manejar completamente todas las instalaciones, incluyendo los ascensores, la apertura y el cierre de puertas, más todos los electrodomésticos inteligentes con que cuenta ese lugar. El mismo está situado en la ciudad de Boston desde 2010 y tiene una página (http://www.alsri.org/). Se trata de un centro de cuidado que necesita de la ayuda de asistentes para algunas funciones básicas, pero que, al mismo tiempo, brinda libertad de movimiento y posibilidad de comunicación a sus habitantes. Y, lo que es mejor, alienta y brinda orientación para quienes quieran realizar instalaciones similares.