Naturalmente, las personas frente a una conducta inapropiada dicen: NO y los retan, pero… ¿Este es el camino? ¿Puede haber otra posibilidad? ¿Cómo podemos saber cuál es el mejor camino? ¿Cuál es la mejor estrategia?
La evaluación
En primer lugar es fundamental evaluar la conducta del sujeto. En esta evaluación, se estará considerando tanto sus habilidades para el control conductual, como las alteraciones en las mismas. De este modo, se irá construyendo una radiografía del niño: su capacidad de comprensión y sus fallas, las alteraciones que podría tener en la inhibición de la conducta, si puede ser lo suficientemente flexible para adaptarse a situaciones cambiantes, ¿qué cosas lo motivan?, su lenguaje y comunicación, el grado de entendimiento de los estados emocionales y pensamientos de los otros, la empatía. Es decir, diversas habilidades fundamentales en la regulación de la conducta.
Técnicas
Las técnicas son efectivas siempre que estén basadas en una evaluación conductual y cognitiva previa. En contraposición a esto, intervenir sin haber hecho un diagnóstico de la situación llevaría a un mal gasto de energía, porque no estarían apuntando al problema real. Una situación semejante sería la de un médico que receta antibióticos frente a cualquier malestar. Primero hay que evaluar la situación, armar una estrategia y finalmente aplicar la técnica. En el caso del médico, si el diagnóstico fuera cáncer, el antibiótico será una técnica desperdiciada.
Estrategia:
Esta nace de la combinación entre la técnica y la evaluación. Es decir, partiendo de una evaluación prolija se puede construir un plan de intervención, desde el cual se implementarían diversas técnicas. En este sentido, la estrategia es la planificación para intervenir en la conducta inapropiada. La pregunta que guía la construcción de esta etapa del proceso es la siguiente: evalué y sé que le pasa ¿de qué forma puedo resolverlo? ¿Qué voy a hacer para ayudarlo? ¿De qué manera lo aplicaré?
En conclusión
Técnica, estrategia y evaluación son tres conceptos que se relacionan recíprocamente y se modifican entre sí. La evaluación es fundamental para construir una estrategia adecuada, que determinaría la correcta elección e implementación de técnicas para modificar la conducta del niño. Sin embargo, a partir de los efectos que dicha intervención tenga, tendremos que reevaluar la estrategia y/o la evaluación. Los cambios en estas últimas nos llevarías a construir nuevas intervenciones con nuevas técnicas. Es decir, el proceso mediante el cual se modifican las conductas inapropiadas en niños con discapacidad, es dinámico y está en constante interacción con el ambiente.
Prof. Lic. Ramiro M. Borghiani
E-mail de contacto: rmborghiani@gmail.com
Los puntos planteados en este artículo serán desplegados por el autor en el curso “Estrategias para afrontar las conductas inapropiadas en niños con discapacidad”, organizado por El Cisne, a realizarse los días 9, 16 y 23 de marzo de 2022.
Informes e inscripción en www.cursoselcisne.com.ar