El tema de los robots con patas parece tener su punto de inicio en un informe de 1989 producido por investigadores del MIT estadounidense, en el cual se sentaron los fundamentos de dicha forma robótica de locomoción (www.academia.edu).
De ahí se derivaron los primeros intentos, que comenzaron con un robot saltarín de una sola pata, que luego se transformaron en dos, para que en junio de 2016 apareció a la venta Spot Mini, de cuatro, producido por la empresa Boston Dinamics (www.bostondynamics.com), por entonces con el prohibitivo precio de 74.500 dólares, al que siguieron otros muchísimo más baratos, como Go1, de Unitree (www.shop. unitree.com), actualmente con un precio de U$S 2.700, más 1.000 de gastos de envío para nuestro país, mientras que la compañía china Xiaomi lanzó el Cyberdog, que cuesta solamente algo así como 1.500 euros, pero solamente está disponible para su país.
Hace bastante tiempo que Gerardo Portilla, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, tenía la idea de realizar un perro guía robótico y finalmente él, junto con un equipo del ITEFI (Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información), han logrado el prototipo de uno denominado Tefi, nombrado así por dicha institución.
Explican que los perros guía son muy útiles, pero tienen un costo elevado y solamente son útiles durante un tiempo limitado, normalmente entre siete y diez años, además de tener que proveerles alimentos y cuidados. Por otro lado, además de los canes robóticos mencionados, existe una variedad de modelos. Pero Tefi, basado en Go1, parece ser mucho más completo y útil para personas con problemas de visión o que no puedan desempeñarse por sí mismas, como, por ejemplo, aquellas con comienzos de Alzheimer u otras cuya memoria suela fallar.
El guía cibernético es capaz de subir y bajar escaleras, transitar por senderos desparejos; soportar golpes; levantarse cuando se cae; valerse de gps para orientar y conducir a su usuario en el exterior; aprender la ubicación y el camino hacia los lugares habituales; detectar todo tipo de obstáculos, señales de tránsito y carteles, así como códigos QR; reconocer objetos y personas y describírselos al sujeto; medir distintas variables del estado de salud de la persona y comunicarse para pedir ayuda a centros de salud, familiares o amigos, en caso de considerarlo necesario (incluso, hasta a la policía ante situaciones de peligro); detectar humo y otras emanaciones peligrosas; llamar para conseguir un vehículo de alquiler; efectuar recordatorios; reunir información relevante y utilizarla, como, por ejemplo, la hora de cierre de un local, los cambios en el recorrido del transporte público, los cortes de calles debidos a obras u otras circunstancias, etc., entre muchas más funciones.
Todavía en etapa de prototipo, valiéndose de inteligencia artificial, los desarrolladores están trabajando para que Tefi no solamente pueda interactuar con su humano mediante órdenes, sino que también sea capaz de mantener una conversación fluida con el mismo, incluso reconociendo modismos y formas particulares del habla, de modo que los requerimientos que se le hagan puedan ser más complejos que un simple comando.
Portillo y su equipo estiman que es muy probable que antes de tres años aparecerá la versión comercial de Tefi. Por otro lado, teniendo en cuenta de que en su país un perro guía de carne y hueso tiene un costo que ronda los 30.000 euros y que su escasez hace que haya que anotarse en una lista de espera con una demora promedio de aproximadamente cuatro años para que llegue el turno, estiman que el precio en el mercado europeo estará en el orden de los 5.000 euros, lo que en esas latitudes es moderadamente accesible. Habrá que ver cuál será el precio en otras regiones.
Uno de los problemas iniciales con los que tuvieron que lidiar es con cierta desconfianza que la sociedad manifiesta respecto de los robots, de la que las personas ciegas no son la excepción, más teniendo en cuenta que dependen de los mismos para trasladarse y sortear obstáculos que los pueden poner en peligro. Necesitaban que individuos reales testearan las funcionalidades, no solamente para evaluar su eficacia, sino que qué mejor que los potenciales usuarios les señalaran los defectos y apuntaran cuáles son las faltas que observaban en el prototipo, para poder perfeccionarlo de acuerdo con las necesidades y los deseos de quienes podrían beneficiarse de su utilización.
Actualmente, Tefi sigue perfeccionando no solamente su software sino que también el hardware continúa ajustándose.
Un problema que se presenta para su lanzamiento al mercado es el de la financiación, ya que la realización a escala requiere una cierta cantidad de fondos para su concreción, por lo que el equipo está abierto a las ofertas y también las requiere. De todas maneras, son optimistas, ya que están seguros de que su producto hallará quienes se interesen, puesto que no solamente se está ante un posible buen negocio, sino que, además, se trata de una ayuda para potenciales millones de usuarios que podrán mejorar su vida con este perro plateado de patas articuladas.
Existen varios videos en los que es posible apreciar la funcionalidad de este robot y se hace referencia a sus prestaciones, uno de los cuales puede verse en el siguiente video: